miércoles, 5 de noviembre de 2008

“Favor no pisar el césped”

“Favor no pisar el césped”
Rodrigo Gutiérrez


Nadie ha podido escapar en estas últimas semanas a la declaración de guerra contra la ecología que lanzó el presidente de este paisaje, puedo atreverme a asegurar que pocos o casi ninguno de quienes conozco tomo con agrado toda esta noticia de Las Crucitas y la minería a cielo abierto allí propuesta, y luego de lo que vi en televisión mucho menos yo. Me toco ver una vieja táctica ya conocida de un anuncio televisivo donde exhortaban que este proyecto no iba a ser más que una buenísima fuente de trabajo, grandes oportunidades, y todas las bendiciones posibles para el pueblo de Las Crucitas, otra vez se aprovechan de la inocencia, necesidad, casi puedo hablar de miedo de los lugareños, y sobre todo, de lo permisibles que somos todos nosotros.


¿Permisibles? ¿Qué hemos dejado pasar?, retrocedamos en el tiempo y recapitulemos solo un poco estos últimos casi 3 años. Todo empezó, por si no lo recuerdan, con más de mil personas trabajando por un plan que incluía que iba a hacer este gobierno por el país, más de mil pensaban en educación, en seguridad, salud y cuanto tema necesitara acción en este país. No sé qué tan apegados estén a ese plan todavía con la cantidad de cambios en el gabinete, con la pobreza trepando, la inseguridad en niveles de Ripley, la inflación llegando a límites desconocidos, las bandas cambiarias del dólar cambiando de tango a merengue sin pasar de canción, con presupuestos de la república cada año incluyendo menos plata, incluso por debajo de lo que por ley le toca del PIB a educación. ¿Qué más hemos dejado pasar? Hemos dejado que nos diga Don Oscar que una vez TLC aprobado todos vamos a tener motos BMW, también nos dijo sin que chistáramos mucho que “nos va a llevar el diablo” en un intento de expresar ironía y sarcasmo ante la situación, dejamos que el vicepresidente de él y un diputado todavía sentado en su curul hablaran y documentaran tácticas de miedo para controlar un país y hacerlo escoger lo que ellos preferían, nos sentamos a ver como usaban dineros del BCIE (fueran públicos o no) como se les antojaba y en sin sentidos, nos pareció nada mas de ver y no de actuar. Y para culminar Las Crucitas.


Cuando veo para atrás más preguntas me invaden, y me doy cuenta que el cambio empieza por uno, estoy casi convencido que la culpa es mía, hay que verse en el espejo para buscar a los culpables, y es que no hemos dibujado limites a lo que permitimos, no hemos dicho ¡Basta! Y complacientemente, por falta de educación, por pasividad o por distracción seguimos desdibujando los límites de lo permisible y quienes tienen acceso al poder aprovechan esto. Les doy ejemplos, yo mismo circulé durante meses con mi licencia de conducir vencida, a pesar de que entiendo que ese es el documento que me faculta, por conocimiento, por pago de mis faltas, por capacidad físico-médica a conducir, aun así manejé sin saber si el estado me facultaba para ser capaz de hacerlo, permití que algo así pasara. Cuantas veces no he visto gente caminando por una zona verde pasando a la par de un letrero en el que se lee “Por favor no pisar el césped”, no pensaron que tal vez dinero se gasto en construir la acera, o que podrían proponer habilitar paso por donde parece todo mundo prefiere pasar, no solo no fui constructivo acerca de ellos, permitieron y permití que pasara. Si el límite no se dibuja allí, cada vez que magnifiquemos la falta o lo que dejamos de hacer, la línea de lo prohibido se verá más tenue.


Si cambiamos esa manera de actuar y pensar, tal vez podremos aspirar a un presidente que piense que no todo mundo en un país va a ser médico o abogado y piense que necesitamos hacer profesionales a las personas en muchos campos y a lo mejor en lugar de muchas universidades privadas cree algo como el INA. Un presidente que tenga la visión de construir una carretera no para solucionar el congestionamiento actual, sino más bien para crear una ruta de gran importancia, que además tenga capacidad de soportar tránsitos futuros, digamos haber construido en los sesentas una autopista como la General Cañas, casi tal cual como está ahora. Un mandatario que tuviera la capacidad de juntar a enemigos antagónicos para discutir y solucionar problemas nacionales, y no de una discusión Ottón contra Oscar, no, una discusión realmente antagónica y que aun así logre conciliar. Puede ser un presidente que en vez de engrosar su fortuna a costas de la presidencia y el pueblo, sacrifique su patrimonio por servir al país. Alguien que incluso en un momento de distracción cometiera un error y usara dinero público con un destino fijo para pagar algo y se diera cuenta y devolviera de su propio bolsillo ese dinero. Es posible que ese presidente un día después de entregar el poder, camine tranquilamente por la avenida central para hacer un mandado al banco, con la frente en alto, tranquilo porque puede caminar entre sus compatriotas, y no solo eso, sino que a través de la avenida central lo reciban con un sonoro y estruendoso aplauso, que le aplaudan en general todos, aplausos tendidos durante todo su trayecto…Para irse leyendo e investigando, ya existió, todos esos datos no son ficción, no los invente yo, de 1962 a 1966 don Francisco J. Orlich, benemérito de la patria hizo todo eso, búsquenlo, los invito.


Como ya lo escribí, entre las preguntas que me invaden nace una muy triste, a raíz de lo permisibles que estamos siendo, y lo faltos de educación y de criticismo que nos estamos comportando; y nace también de leer esto que podemos tener pero que no tenemos, ¿Tenemos el presidente que necesitamos o el presidente que nos merecemos? Dejamos que lo de Las Crucitas pasara así como muchas otras cosas, y no hacemos más que sentarnos en la entrada de nuestras casas a ver pasar todo esto. Ojala y con mucho esfuerzo, sobre todo participación constructiva y activa utilizando la institucionalidad costarricense, además de un cambio de actitud nos podamos ganar el derecho de poder decirle al presidente Arias y a quienes vengan “Por favor no pisar el césped”.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Y dicen que en este país nada se puede hacer...

Y dicen que en este país nada se puede hacer…
Rodrigo Gutiérrez

Muchas veces he discutido con mis conocidos y amigos sobre la realidad actual de este paisaje donde vivimos, muchas veces hemos ahondado en diferentes y variados temas alrededor de lo que pasa y lo que no, para muchas veces terminar en el mismo tipo de conclusión o pregunta: ¿Qué puedo hacer yo?

Cuantas veces en ese momento no tuve una respuesta concreta, o yo mismo quedaba con esa duda clavada en lo más profundo de mi pensar, pero hoy, las bases o principio de esa respuesta fueron poco a poco apareciendo en mi camino.

Al principio fue con cierto enojo, molestia, estupor y desazón que tomé esto; ¡Noticia! La Prensa Libre publicó que fueron $87.000.000, ochenta y siete millones de dólares lo que Sony se embolso gracias a quienes emitieron su voto por la permanencia y posible triunfo de la ahora ídolo Maria Jose Castillo. Matemática simple a continuación, si multiplico 87 millones por 560 colones, es decir, el tipo de cambio actual da como resultado más de 48.720 millones de colones. Luego unas divisiones un poco burdas pero que dan panorama:
* Si dividimos eso entre el precio de una vivienda de interés social (1.5 millones de colones) da un total de 3248, es decir el número de casas que se podrían construir
* Si asumimos que un pupitre cuesta 20 mil colones, la división daría que podríamos comprar 2 436 000 pupitres
* El casado que vienen a dejar “exprés” a mi trabajo cuesta 1500 colones, esa división da para darle un almuerzo a cada costarricense de este país durante una semana
* El salario mínimo ronda los 150 000 colones, esa otra división da para el salario mínimo de 324 800 personas

Es realmente impresionante (o espeluznante) pensar que una compañía privada, transnacional, con poco o ningún interés social se haya “embuchacado” esa cantidad de dinero a fuerza de la buena voluntad de muchos costarricenses que se vieron impulsados por factores como la presión de los medios de comunicación o el cariño que nos generó esta jovencita.

Pero como se diría en pachuco “suave un toque”, esto no es del todo malo, me hace pensar solo que estamos mal encausados, esta “carajilla” efectivamente de cierta manera unió a un pueblo, y reflejó valores tales que conmovió lo más profundo del corazón de muchos, representando valores que se creían extintos y no valores contrarios que se disfrazaban bajo el “así es la idiosincrasia tica”, valores como el esfuerzo, el saber tomar una crítica y usarla para mejorar sin tacharla de oposición y decir luego “estoy cansado y no me dejan hacer”, como canta alguien muy conocido por todos, el no dejarse vencer. El tener un sueño creérselo y bretearlo , el no creerse más de lo que realmente era, el honestamente creer que Costa Rica se puede unir para apoyar un ideal; bien que mal en este caso era simplemente un circo comercial en aras de engrandecer la cuenta bancaria de don Tommy Mottola.

Pero hay que ponerse serios, en tiempos de crisis económica como los que se avecinan, y con tantísimos, casi innumerables problemas en este paisaje la pregunta ya no es tanto ¿qué podemos hacer?, porque ya sabemos que podemos comprar muchos pupitres, muchos almuerzos y construir muchas casas entre todos, las preguntas se vuelven otras y es hora de darse cuenta que estamos obnubilados por una antojada vida light, donde nos importa poco saber, hablar, pensar o criticar y simplemente reaccionamos a atisbos de esperanza creyendo que estamos apoyando o haciendo algo por Costa Rica.

Ojala y nos diéramos cuenta que si podemos hacer algo, solo que no lo canalizamos como personas sociales que deben de aportar al Estado, ni lo destinamos a donde realmente necesitan. Lastimosamente el comportamiento de los mensajitos para Maria era vanagloriado y el resto que se joda. Es una lástima terrible que mi generación ahora vuelva la cara a todo esto y se le de la espalda a la realidad abrumadora y en lugar se dedique a pensar en que disfraz usara en Halloween y que el resto importe poco. Colorín colorado y este cuento de Maria Jose para mi ha terminado.